$5.390.000
RARO Rolex Datejust Oysterquartz Two Tone 36 mm 17013, año 1980.
¡COLECCIONABLE!
El Datejust Oysterquartz fusiona la indescriptible belleza de su diseño con la esencia de Rolex: la manufactura de los mejores calibres.
Así es, señoras y señores. EXISTEN LOS DATEJUST DE CUARZO… bueno, existieron.
Son estos curiosos relojes, piezas de colección CON VERDADERA HISTORIA por definición: DISEÑOS ÚNICOS QUE MÁS NUNCA SE VIERON EN ROLEX y MOVIMIENTOS ÚNICOS QUE NUNCA MÁS FUERON PRODUCIDOS.
El contexto de esta hermosura de reloj comienza con Seiko. Esta firma japonesa introdujo en 1969 el primer reloj de cuarzo de la historia, una noticia ESCALOFRIANTE para la industria relojera tradicional, fiel a los engranajes, volantes, espirales, rotores y tambores de cuerda. Era bien sabido que, con el pasar de los años, la tecnología de los relojes a pila sería el gran destructor de la relojería tradicional: se haría exponencialmente menos costosa y es exponencialmente más precisa que los relojes mecánicos.
La industria suiza no podía quedarse de brazos cruzados. En 1970 se lanza el calibre Beta 21, un bello proyecto horológico que unificó a la industria tradicional para salvarse, en un consorcio de firmas llamado Communauté d’Intéreéts pour l’Industrialisation du Calibre Bêta, del Centre Electronique Horloger. Más de 20 firmas de relojes: entre ellas Patek Philippe, Omega, Rolex, IWC, Longines y Bulova… la unión, hizo la fuerza.
El resultado, en el caso de Rolex, fue un reloj Rolex Quartz Beta 21. Un reloj bastante no-Rolex. El reloj seguía la corriente de los diseños de brazalete integrado esparcidos por el señor Gérald Genta, a la vez que renunciaba a la icónica caja hermética Oyster, además de NO PORTAR UN MOVIMIENTO, en rigor, PROPIO.
Lo de seguir corrientes o actuar en conjunto NO es lo de Rolex.
Por esto, se encierran todos los relojeros a trabajar para actuar en plan «bien, si vamos con lo de relojes de cuarzo, vamos de verdad, a nuestra manera».
Este osado espíritu exitoso y heroico que caracteriza hasta hoy a la firma se plasmaba en su actuar. Nace la gloriosa referencia que vemos en imágenes: 17013, producida de 1977 hasta cerca del año 2001.
El movimiento era un verdadero invento PROPIO, el calibre 5035, lanzado en 1977. Perfectamente inteligentes y prácticos, la firma decide utilizar muchas PIEZAS COINCIDENTES con el movimiento automático, el valorado calibre 3035, también introducido en 1977. La intención de Rolex de crear seriamente un movimiento de cuarzo eterno, perfectamente reparable y mecánicamente espectacular, fue más que clara.
Un privilegio que tuvo en comparación al calibre 3035 fue el acabado. La técnica Côtes de Genève brillando anticipa el nivel mecánico. Y atentos, «SUPERLATIVE CHRONOMETER OFFICIALLY CERTIFIED»… ¿en un reloj de cuarzo?
Si un reloj automático debe ser MUY preciso para ser catalogado como cronómetro, IMAGINEN LOS REQUISITOS PARA UN RELOJ DE CUARZO. 0.07 segundos al día… y con la opción de regular la velocidad de la marcha, por si en el futuro, años o décadas, se debía ajustar la precisión en algún servicio. Esto sí que es Rolex. Ahora sí que sí hablamos de un verdadero reloj de cuarzo de la firma reina.
Y ahora, el diseño… para derretirse de impresión. El ejemplar que vemos en imágenes es del año 1980: 44 AÑOS RELUCIENDO.
El juego del acero con el oro es ya algo muy de los años 70 y 80, pero si hablamos ADEMÁS de un diseño de brazalete integrado: NUNCA MÁS VISTO EN LA HISTORIA… es que no tiene límites la belleza de cada elemento del reloj. Ni Jubilee ni Oyster, esto fue OTRA COSA. Una instancia única para disfrutar de un reloj leyenda.
Miren el suave, pero existente pulido satinado de la caja, admiren el corte al borde del brazalete que se encuentra con el borde de la caja. Es todo una fluidez de ángulos rectos, una aparente contradicción que evoca armonía pura. Es perfecto.
A esto le sumamos el bisel estriado CLÁSICO DE ROLEX, junto con la corona y tapa atornilladas: caja Oyster, COMO SIEMPRE DEBIÓ SER.
El dial no deja mucho que decir. IDEAL PARA LA COMBINACIÓN ROLESOR, investido de una elegancia, una fineza con esos números romanos que no deja más opción que revisar la hora todo el día.
Por su estética NUNCA MÁS REPETIDA, por su historia, por su significado, por el especial ahínco en su creación… este rarísimo Datejust Oysterquartz es el reloj de cuarzo MÁS ROLEX DE LA HISTORIA.
Y bueno, sabia fue la firma… precisamente de la relevancia histórica del mecanismo se explica su diseño tan glorioso y distinto en la historia de la marca: desde 1977 se supo que este legendario reloj DEBÍA SER INCONFUNDIBLE PARA SIEMPRE.
*Conserva caja Rolex.
$895.000
$295.000
Diseñado por SYDE.CL