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IWC Da Vinci SL 37 mm IW352805, década de 1990.
DA VINCI, el nombre que inaugura verdaderas maravillas en IWC.
Hablamos de una línea llena de arte y riqueza mecánica en la historia de la firma.
Esta línea, a diferencia de líneas más corrientes como la Portugieser, Pilot o la Mark, ha sido hogar de los más osados inventos relojeros del momento, como lo fue la introducción del movimiento Beta 21 en 1969, EL PRIMER MOVIMIENTO DE CUARZO SUIZO DE LA HISTORIA. Se trató de un reloj completo de oro, dotado de un diseñado de brazalete integrado, que sentaría la base de los diseños de la década de 1970.
Desde acá, el nombre Da Vinci se utilizó sabiamente por IWC: SÓLO RELOJES EXCEPCIONALES desde el punto de vista de la innovación.
Con un nuevo diseño estético, en 1985, se presenta EL MÍTICO CALENDARIO PERPETUO DE IWC DISEÑADO POR KURT KLAUS, con un elegante diseño, creado desde su corazón mecánico hasta la estética exterior por el maestro relojero de IWC, quien privilegió la experiencia del usuario por sobre todo, al introducir una simple configuración del calendario: TODO DESDE LA CORONA… un genio que llevó a la marca a lo más alto de la alta relojería.
En cuanto a su diseño, ahora se remplaza el brazalete integrado por una correa de cuero, que se conecta a la caja mediante dos eslabones, uno a cada extremo, que conectan con una caja de tipo «Stepped Case», característica por sus escalas en el bisel.
Ahora saltamos a fines de la década de 1990, con la referencia IW352805, cuando la forma del Da Vinci parece influirse bastante por la colaboración de la firma de Schaffhausen con Porsche Design, y se nos deleita con un elegante-deportivo sin precedentes, de correa de caucho y con un dial negro reflejante, con índices aplicados facetados de tal manera que destellan COMO SI FUERAN DIAMANTES, pero no sin ofrecer antes legibilidad efectiva: todos rellenos con tritio. Es una maravilla.
IWC sabe diseñar relojes especiales. Acá el conjunto del dial es minimalista, es muy simple, pero muy detallado en cada elemento. Así tenemos líneas que dividen los minutos, que le dan sentido a las manecillas de cortes rectos.
Todas estas facetas perfectas y agresivas, en un fondo negro bastante serio, forman un contraste BELLÍSIMO con la dinámica y fluidez de la caja circular de acero. Se consigue en esta variación de Da Vinci un carácter irreplicable.
Su caja posa en muñeca con unos exquisitos 37 mm de diámetro, y se blinda con una corona y tapa enroscables. Su cristal de zafiro termina por certificarlo a 120 metros de hermeticidad… todo esto albergando al calibre 37524 de IWC, basado en el fiable ETA 2892-A2: IMPOSIBLE MÁS SÓLIDO.
La marca, la historia de la línea Da Vinci, las especificaciones técnicas, la relación del diseño de la caja de este reloj con el icónico calendario perpetuo, el hecho de que es una versión deportivo-elegante bastante especial… razones sobran.
Objetivamente es un relojazo, sólo por los datos duros, por los hechos, por sus prestaciones técnicas… pero lo mejor es que se muestra con un diseño estético que no vuelve, auténticamente novedoso en aquel entonces, hoy con un acento único de estilo, por supuesto. «No, no es un Hublot, es un Da Vinci», y se acaba la conversación.
*Su correa de caucho original calza hasta una muñeca de 16.5 cm. Es posible instalar cualquier correa genérica de 19 mm.
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Diseñado por SYDE.CL