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ALTAMENTE COLECCIONABLE: «HORLOGER DE LA MARINE», el Omega Constellation Marine ‘Porthole’… y la pregunta, Gérald Genta, ¿es usted?

Producido entre 1979 y 1983, justo cuando salía el Polaris del señor Genta, el Constellation Marine se presentó como un reloj de cuarzo ÚNICO -NO EXISTE AUTOMÁTICO- en la firma en una época de brazaletes integrados y expresión de la relojería tradicional en acero. Es como si Omega dijera: «claro, AP tiene el Royal Oak, Patek el Nautilus, IWC el Ingenieur Y NOSOTROS EL MARINE».

La maestría del diseño de lujo en acero con brazalete integrado es clara y genuina de la época, desde el bisel satinado con 8 esferas en relieve, inspirado en los ojos de buey de los barcos, hasta su brazalete y caja sobrias a la perfección, en sintonía, para hacer destacar lo necesario: las 8 aplicaciones del bisel brillando como espejo y el dial oscuro CON UNA TEXTURA INESPERADA: líneas horizontales con reminiscencias al piso de madera de los barcos, metáfora hoy recogida por los Seamaster Aqua Terra.

Y no sólo eso, porque los índices aplicados SON UNA LOCURA, algo NUNCA ANTES VISTO en los diseños de la marca. Como si múltiples dagas afiladas se clavaran sobre el dial en un relieve imponente, sin siquiera necesitar de un relleno de material luminiscente para mayor legibilidad… al contrario, se cortan al centro para contrastar sus reflejos con la oscuridad del dial. Nada de tritio ni cosas al medio de los índices… ¿para qué? ELLOS SON LA LEGIBILIDAD, y lo dejan más que claro con reflejos curvos que solamente dejan pensar una sola cosa: este reloj es único en Omega.

Y claro, igualmente en la oscuridad absoluta se mantiene legible con pelotas de lume al borde del dial -pero no en los índices-, que conecta con esas preciosas manecillas de jeringa rellenas con lume. Una lógica muy de relojes antiguos, cada vez menos utilizada y que NUNCA DEBIÓ DETENERSE, pues da una libertad especial en el diseño de cada índice, se trata como una obra propia, sin condicionarse con la consideración del lume en la aplicación del índice mismo… para remarcar el punto, basta con ver cómo han cambiado los índices de los Datejust al día de hoy.

Dentro de su delgadísima caja de acero de unos exquisitos 36 mm de diámetro encontramos al orgulloso calibre 1332 de Omega, que se rige, como todo gran Omega vintage, por el ingenio propio de la marca: el 1332 es un movimiento arrogante, pues sabe que nadie lo conoce y que nadie, después de conocerlo, volverá a creer a primeras que se trata de un movimiento de cuarzo cualquiera: ¿Quieres cambiar la hora? Perfecto, mantén presionado el botón ubicado a las 2 por 5 segundos, suéltalo y vuelve a mantenerlo presionado para hacer avanzar el segundero rápidamente y así avanzar los minutos. ¿Quieres cambiar la fecha? Bueno, expulsa la corona y avanzarás con la manecilla horaria en intervalos de 1 hora. El fin de esta complejidad pareciera ser el coordinar maniáticamente el segundero con el minutero, de manera que siempre al llegar a los 60 segundos, el minutero esté justo en el índice correspondiente.

Aseveramos con confianza que NO EXISTE una mejor versión de este escaso reloj, con su movimiento de cuarzo tan especial, ese dial texturizado, ese bisel coronado por 8 aplicaciones, ese brazalete integrado… y en estas condiciones: ES UNA COINCIDENCIA DE ATRACTIVOS QUE LLEVA CERCA DE 40 AÑOS AUMENTANDO SU DESEABILIDAD.

 

  • Precio: $995.000.
  • Marca: Omega.
  • Período: 1979 – 1983.
  • Modelo/Referencia: 196.0147 / 396.0879.
  • Movimiento: Omega 1332, de cuarzo.
  • Medida de la caja: 36 milímetros sin incluir su corona.
  • Material de la caja: Acero inoxidable.
  • Distancia de asa a asa: 40 milímetros.
  • Distancia entre asas: N/A.
  • Material del brazalete: Acero inoxidable.
  • Accesorios: A no ser que se especifique lo contrario, los relojes no incluyen accesorios. La regla general de los relojes vintage, en específico, es no incluirlos.