¡EXISTIÓ! El Omega Tank.
Por supuesto que NO es este el nombre oficial de esta pieza, pero sin duda alguna su inspiración viene del clásico ícono de Cartier.
Esa caja de acero rectangular se luce en su mejor versión, con una caja reluciente e incluso con el guiño que ya deja todo explícito: LA PIEDRA EN LA CORONA.
En el contexto de una pieza tan especial estéticamente para Omega por supuesto que tenía que venir de la línea más libre en el lápiz: De Ville. Una línea hoy bien reconocida por su formalidad, pero en los años 70 también reconocida por su atrevimiento en cuanto a los diseños: diales de colores excéntricos, cajas con formas poco convencionales… todo sea por contrarrestar los efectos nocivos para la relojería tradicional de la crisis del cuarzo.
El dial de este RARO personaje se luce de la forma más sobria posible, rasgo característico de los relojes de esta línea, con un acabado vertical en su dial plateado, sólo interrumpiéndose por dos solitarias manecillas, sabiamente sin segundero…
Para coronar la maravilla de reloj que parecía nunca haber existido, por dentro de su delgada caja de acero se guarda el movimiento mecánico Omega 625, un mecanismo a cuerda producido de 1973 a 1979, ingeniado especialmente para piezas interesadas en materializar la idea del «menos es más».
Un reloj SIN PRECEDENTES EN LA MARCA, que muy probablemente NUNCA MÁS VUELVA A SER LANZADO.
$1.490.000
$2.290.000
Diseñado por SYDE.CL