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Así es como se conciben los íconos, sin intentar serlo.

LES PRESENTAMOS A UNO DE LOS RELOJES MÁS IMPORTANTES DE IWC: el Portugieser.

La linda historia original de este diseño se ubica en los últimos años de la década de 1930, cuando dos comerciantes portugueses -de ahí el nombre, claramente- tocan la puerta de IWC solicitando un reloj que necesitaban, y que no existía.

Necesitaban un reloj de pulsera para caballeros con la reconocida precisión de los cronómetros marinos y, lo más importante, MUY LEGIBLE. Recordemos que, claro, en la década de 1930 existían ya relojes de pulsera para caballeros, pero tenían tamaños clásicos, de 33 o 34 mm.

Bueno, IWC lo tomó en serio y en el año 1939 PRESENTA EL PORTUGIESER de modelo 228 -conocido también como ref. 325-, con 42 MILÍMETROS DE DIÁMETRO: un reloj de tres manecillas que medía casi lo mismo que un reloj de bolsillo, IMPOSIBLE MÁS LEGIBLE… y es que los movimientos eran de relojes de bolsillo, los calibres 74 y 98 de IWC.

Un reloj con estas características era prácticamente ÚNICO en el mundo, una pieza excepcionalmente precisa y, sobre todo, grande. 42 mm en un reloj con tanto espacio para el dial era algo IMPENSADO en 1939, y recién hoy podemos encontrarle sentido a un reloj de 42 mm como algo corriente, aun cuando en la estética de los Portugieser, tan limpia y sobria, se notan… y esa es la esencia.

Si bien se hicieron muy pocos en cantidad desde su producción, de 1939 a 1981 (690 relojes exactamente, según IWC), el reloj marcó su paso en la historia, y es al día de hoy UNA LEYENDA en la firma.

En 1998 se lanza la versión de cronógrafo automático que vemos tanto hoy en día, recibida con tanto éxito en las décadas siguientes, hasta hoy, que a veces puede incluso olvidarse que, en su origen, el Portugieser fue un reloj de tres manecillas de 42 mm, con sub-segundero, sin cronógrafo.

La razón del éxito y respeto con que los cronógrafos Portugieser son vistos se explica fácilmente viendo el reloj. Es la esencia propia de un reloj impecablemente legible, claro, sobrio en sus elementos… pero fusionado con la funcionalidad y complejidad propia de los cronógrafos. Sería difícil imaginar allá en los años 30 cómo una contradicción así podría resultar tan armónica, tan perfecta y fiel con el fundamento legible y preciso del Portugieser original de 3 manecillas.

Detalles como los indicadores de minutos clavados en relieve y su juego con el tono de las manecillas, o la perfecta comunicación del templado azulado de las manecillas del cronógrafo -manecilla central y contador superior- y el espacio restante vacío en el fondo blanco, son explicación de la perfección legible originaria del Portugieser, ahora en el siguiente nivel de la búsqueda por la precisión, con un cronógrafo automático.

Su diámetro hoy se nos muestra en 40.9 mm, una medida que mantiene la legibilidad del dial perfecta, pero que le permite a una mayor cantidad de aficionados disfrutar de su magia: QUEDA ESPECTACULAR EN TODO TIPO DE MUÑECAS.

Esta pieza es expresión pura de la historia y elegancia de la fábrica de Schaffhausen en la primera mitad del siglo XX, con el progreso en la técnica e innovación propias de su evolución. El Portugieser es un clásico… pero de los más hermosos, seguro.

 

  • Precio: $3.790.000.
  • Marca: International Watch Company.
  • Período: Década del 2000.
  • Modelo/Referencia: IW371445.
  • Movimiento: IWC 79350, automático
  • Medida de la caja: 40.9 milímetros sin incluir su corona.
  • Material de la caja: Acero inoxidable.
  • Distancia de asa a asa: 47 milímetros.
  • Distancia entre asas: 20 milímetros.
  • Material del brazalete: Cuero.
  • Accesorios: Conserva su estuche original.